Cada vez que iba a comprar helado para llevar, 1/4 para dos, terminaba con un pote de telgopor más que se juntaba en mi casa. Esa idea me pesaba, pero la verdad, no iba a resignar el helado de postre. Aprovechando que la heladería está a la vuelta de mi casa, y me iban a servir a demanda lo que yo quería, pensé en llevar mi propio recipiente. No me animé a llevar el pote de telgopor lavado, pero busqué uno de mis tapers y lo medí para asegurarme que contenía el mismo volumen de agua que un pote de 1/4.
En la heladería el chico me miró un poco raro pero con alegría mucha predisposición, hasta me sirvió un poquito más de 250gr de helado en el taper. Así es como nos fuimos con el helado ¡pero con #residuocero! Claro que tampoco llevamos bolsa #sinbolsaporfavor
Guardamos el helado en el freezer un rato y no hubo problema con el frío. Eso sí, para agarrarlo, el pote va a estar congelado je.
El #telgopor es super aislante y es un material muy útil para un montón de cosas, pero es un tipo de plástico (PSE – poliestireno expandido) que es muy difícil de reciclar. Reciclable, pero complejo. En Buenos Aires los Puntos Verdes lo reciben y Sirplast es una de las pocas empresas que lo reciclan y lo transforman en nuevos productos plásticos.
Sin embargo es muy poco el PSE que logra reciclarse, y la dificultad es principalmente logística porque el telgopor ocupa mucho espacio ¡pero no pesa nada! eso complica mucho y hace que el mercado para #reciclar telgopor sea muy chico. Porque mover un camión con mucho volumen de telgopor, pero poco peso, requiere un gasto económico de combustible, que probablemente no sea rentable.
No siempre se puede evitar el telgopor. Pero podemos intentarlo a veces, y eso ya suma un montón.
Excelente análisis. Es así, hay que innovar, no puede ser que por mantener nuestro confort y comodidad, destruyamos el medio ambiente, y en consecuencia la vida!