Hay residuos que se ven, y otros que no se ven. ¿Qué hay detrás de nuestras cosas?
Esta bella y cálida alfombra a los pies de mi cama está hecha con descartes de la industria textil, pero ¡no con telas! sino con las etiquetas de la ropa… Pasa que los telares que las tejen, hasta que se calibran correctamente, generan metros y metros de etiquetas incompletas, y eso es puro descarte.
@lucre_amatra conoció la problemática y desarrolló una técnica para coserlo que queda así suave, peludito y super lindo. El #ConsumoResponsable no se trata sólo de reducir y reciclar lo que llega a nuestras manos. También es necesario entender todo el ciclo de vida de los productos que compramos, desde su fabricación, a su descarte.
¿Cómo se hizo? ¿Qué materiales y recursos usa? ¿Cuánta agua y energía se necesita para producirlo? ¿En qué condiciones de trabajo están las personas que trabajan en su fabricación? ¿Cuántos kilometros, y en qué medio de transporte, atravesó este producto para llegar a mi? ¿Qué pasa cuando no lo necesito/quiero más?
Puede ser un poco abrumador, pero necesitamos preguntarnos todas estas cosas si queremos ser consumidores “un poquito” más conscientes. Con cada elección que hacemos al comprar, estamos validando y promoviendo una forma de hacer las cosas: Un modelo de producción, consumo, descarte; trabajo esclavo, grandes corporaciones… o economia circular, trabajo justo y pequeños emprendedores.
Por eso, comercio justo y mejor local son dos conceptos inseparables de la lógica del consumo consciente y el residuo cero. Me gusta apoyar emprendedores locales, y proyectos triple impacto especialmente cuando aprovechan descartes
Encontrar alternativas más alineadas a los valores del consumo responsable requiere reflexión, research y paciencia, pero vale la pena, porque sabemos que esos productos tienen un impacto diferente, y los valoramos más.
¿Conoces emprendimientos locales de triple impacto que hacen cosas que te encantan? ¿Qué compra de consumo consciente te enorgullece?