
Escuchamos mucho decir que hay que reducir la huella de carbono, que hay que compensar la huella de carbono… pero ¿Sabemos qué es la huella de carbono?
No estamos hablando de una estela de carbón negro que dejamos tras nuestros pasos, es mucho menos visible que eso, y queda más en el cielo que en la tierra, pero esa expresión quizás nos ayuda a visualizar lo invisible.
Todo lo que hacemos requiere energía: para movernos, pensar, respirar e incluso para soñar, nosotros tomamos la energía de nuestros alimentos. Transformamos la energía almacenada en los tejidos de plantas (en forma de glucosa u otras sustancias) y animales como combustible, usamos esas calorías para movernos y mantenernos calientes y respiramos dióxido de carbono CO2.

La luz de la pantalla de tu celular y la computadora desde donde escribo esto, también requieren un combustible para encenderse, iluminarse y transmitir datos entre el satélite, los servidores y nuestros aparatos. ¿De dónde sale esta energía?

Esta energía eléctrica, en su mayoría proviene hoy de quemar las calorías almacenadas en el carbón, el gas y petróleo, fluidos fósiles (combustibles fósiles) que durante millones de años atravesaron un proceso de enriquecimiento de carbono. Al hacerlo también se libera CO2, como cuando respiramos. ¿Pero cuánto CO2 emito cuando subo las escaleras y cuánto para que este posteo llegue a tu teléfono?
La “huella de carbono” es una forma de medir cuántas emisiones de CO2 implicó una actividad, calculando cuánta energía requirió y cuánto combustible fósil fue necesario quemar para generarla.
Es una parte de la “huella ecológica” que mide no sólo las emisiones, sino todos lo que una persona o una actividad requiere de la naturaleza (uso del suelo, agua, ‘recursos’, contaminación, etc).
Se mide el CO2 y también los otros “gases del efecto invernadero” (GEI), como metano, y ozono, pero para simplificar, se calcula una equivalencia y a todas las emisiones las llamamos la “huella de carbono”.
Bien. Ahora más o menos sabemos qué es
¿Pero por qué importa?
¿Son tan malos los ‘Gases del Efecto Invernadero’? La verdad, no. Tener estos gases en la atmósfera es lo que permite que haya vida en la Tierra. Ellos forman como una barrera para los rayos del sol, que calientan la Tierra y gracias a su acción tenemos una temperatura habitable, sino el planeta sería una roca helada.

El problema es que la cantidad de gases en la atmósfera estaba en equilibrio, se generaba una cantidad de CO2 y se absorbía la misma cantidad, quedabamos en equilibrio.
Pero hace unos siglos, con la revolución industrial, cuando descubrimos masivamente el carbón y la energía eléctrica (con el desarrollo de la máquina de vapor) empezamos a quemar muchos combustibles fósiles, que eran básicamente carbono almacenado en el interior de la Tierra, y que no participaba del ciclo de carbono. Esto empezó a generar un exceso de GEI que se acumulan en la atmósfera porque el ambiente (las plantas, el océano principalmente) no llega a absorberlos con la misma velocidad que los generamos.
Al tener más gases que funcionan de barrera para los rayos del Sol, tenemos cada vez más calor del sol atrapado dentro de la atmósfera y esto genera cada vez un aumento mayor de la temperatura. Acá es cuando llega el famoso #CalentamientoGlobal. Nuestra casa se está calentando porque entra calor y no sale.
Nos importa entender cuál es la “huella de carbono” de las cosas, porque necesitamos reducir los GEI que liberamos a la atmósfera para desacelerar el calentamiento y lo que conlleva (la #EmergenciaClimatica).
Cada uno de nosotros tiene su “huella de carbono” y cada acción que hacemos emite GEI. ¿Cuál es la huella que genero yo al escribir este post? ¿Y vos al leerlo? ¿Y la huella de producir este alfajor? ¿Y esta hamburguesa? ¿Y mi viaje en auto?
Entender qué implica cada cosa que hacemos nos va a ayudar a pensar mejor en qué acciones concentrarnos para reducir nuestra huella como individuos, como sociedad y como humanidad.
¿Sabías qué era la “huella de carbono” o cómo se genera el efecto invernadero que produce el calentamiento global?
One Reply to “De qué hablamos cuando hablamos de “huella de carbono””