Dicen que el cambio es lo único constante, y sin embargo, cuando queremos cambiar a conciencia, parece lo más difícil. Todos intentamos cambiar cosas, pero no siempre lo logramos. Aunque decir verdad, a veces tampoco lo intentamos.
Aunque no todos los cambios son iguales, no a todos nos cuesta lo mismo, y haya cambios más chicos y superficiales, o más profundos y transformadores; todo cambio implica un proceso. Nada ni nadie cambia de un día al otro. Y si hablamos de cambio de hábitos, uf… ¡eso cuesta mucho!
Me gusta entender cómo funcionan las cosas, cómo funciona nuestra mente, y la psicología nos puede ayudar a entender un poco más sobre los cambios de hábito. Así que le pedí ayuda a mi amiga psicóloga Michelle, y ella me comentó sobre el Modelo Transteórico del Cambio de Prochaska y Diclemente.
Pero no importa el nombre, lo piola es que identifica 6 etapas que atravesamos siempre al querer hacer un cambio, y entenderlo quizás nos ayuda a tomar más control sobre nuestros procesos.
Por qué aunque siempre decimos que “querer es poder”, la realidad es que a veces cuesta, y mucho. Todos los que alguna vez quisimos cambiar algo y fracasamos, podemos dar fe que querer no siempre es poder.
A veces tenemos la motivación suficiente, pero nos faltan los recursos y habilidades para iniciar el proceso y mantenerlo. Ambas cosas son importantes (motivación: querer y recursos: poder).
Las fases del cambio
Este modelo aplica a cualquier cambio que querramos hacer en la vida, dejar de fumar, comer más saludable, hacer ejercicio, pero hoy vamos a acotarlo a esos cambios de hábito sustentables que podemos incorporar en nuestro día a día para reducir nuestro impacto:
…hacer compost con tus residuos orgánicos o dejar de comprar tanto ultraprocesado en el supermercado; cocinar más, o comer más proteína vegetal y menos productos de origen animal o usar la bici como medio de transporte; empezar a usar la copita o pañales de tela con tu bebé o hacer pan de masa madre o kéfir o tener una huerta en tu balcón… cada uno sabrá con qué está coqueteando y no se anima a dar el paso siguiente…
Para incorporar cualquiera de estos hábitos, vamos a atravesar estas etapas:
Etapa 1: Precontemplación
El punto de partida de cualquier cambio, ironicamente, es el no cambio. Partimos de el escenario en el que no somos conscientes de qué hay algo que debemos cambiar. Consideramos que nuestros hábitos son normales, y no entendemos el impacto real que tiene nuestro comportamiento, para nosotros, para nuestro circulo o para el Planeta.
Acá estamos cuando alguien nos sugiere que sería bueno que evaluemos un cambio, por ejemplo, dejar de tirar los residuos orgánicos a la basura y empezar a compostarlos en casa.
Podemos minimizar o ignorar la sugerencia, porque dudas de que sea algo que haga una diferencia, porque te parece innecesario, porque no es para vos… pero si te parece un poco interesante y preguntás un poco más entonces estás listo para pasar a la próxima etapa…
¿Hay algún cambio que te hayan sugerido que en su momento te pareció innecesario, pero quizás podría ser beneficioso evaluarlo? Si se te ocurrió algo que quizás podrías querer cambiar ¡Es ahora!
Etapa 2: Contemplación
Bien. Ya dejaste de ignorar el problema, hora de empezar a evaluar la posibilidad de cambiar. “Quizás sea buena idea dejar de usar tampones y toallitas”, por ejemplo. Esta etapa es de análisis, pros y contras, pero aún sin hacer nada. Todavía no tomamos la decisión de cambiar, acá vienen las excusas: “Quisiera, pero…”
Por ejemplo, yo ahora estoy en la etapa de contemplación para hacer pan de masa madre, pero todavía no doy el paso. Podemos seguir en el “quizás” buscando peros mucho tiempo… algunos ‘peros’ quizás son válidos y haga falta esperar más, otros son pura procrastinación.
¿Tenes una idea vaga que crees que eventualmente vas a cambiar pero todavía no te animás a dar el siguiente paso…? A veces necesitamos un empujón externo que nos motive a querer abandonar la zona de confort. Hay que dejar las excusas y tomar la decisión ¡Es ahora!
Etapa 3: Preparación
¡Vamos! Ya decidiste que querés cambiar y tenés la motivación! Pero todavía no estás listo para hacerlo. Seguís con los viejos hábitos, pero ya sabes que -algún día en el corto plazo- vas a cambiar.
Este es momento de evaluar tus fortalezas y debilidades, con qué herramientas contas para enfrentar el siguiente paso: por ejemplo, un cambio puede ser “quiero empezar a moverme en bici…”
En esta etapa vamos a planificar y armar un plan de acción: “necesito primero tener una bici, cuál? cómo la consigo? Necesito saber qué ruta tomaría, dónde la dejaría, cómo me voy a higienizar cuando llego, cuánto tiempo antes tengo que salir para llegar a horario…“
En esta etapa sirve mucho hablar con otros que ya hayan hecho ese cambio, o que también estén pensando en hacerlo! Es clave preguntar todo lo que necesites saber y buscar información útil. Así vas a conseguir ideas y estrategias para tu plan personalizado, y ahí sí, con todo planificado ¡Pasar a la acción!
Estoy en esta etapa con el kéfir. Ya averigué, ya sé todo lo que tengo que saber, tengo las herramientas… ¡pregunté todo! tengo un plan pero todavía no me animé a ejecutarlo! ¿Sentís que estás en esta etapa con algún cambio? ¡Es ahora!
Etapa 4: Acción
¡Llegó el día! Momento de pasar a la acción y poner en marcha el plan que preparaste. En este punto hay un salto al vacío, un salto de fe.
No sabemos cómo nos va a ir, y tenemos miedo. Es normal. Pero con la motivación que desarrollaste en la etápa de contemplación, y los recursos y el plan de la etapa de preparación, estás listo! ¡Es ahora! ¡Saltá!
Así me sentí el día que compré la bici y tuve que animarme a andar en la calle por primera vez, o cuando decidí ir a comprar la copita y probarla. Sin certezas, con miedo, pero ¡Salté! y no me arrepiento!
Pero hay que ser sinceros, si alguna vez intentaste cambiar algo, y llegaste a este punto, quizás te diste cuenta que la teoría y la práctica no son tan parecidos. Estás haciendo algo por primera vez, tenés mucho que aprender todavía. Por que pasa que podemos tener toda la información pero a la hora de hacerlo, todo puede fallar. No es lo mismo leer sobre natación que tirarse a la pileta y dar las primeras brazadas.
¡Animo y paciencia!
Tenemos que aceptar que quizás no sale perfecto la primera vez. Es normal, somos principiantes (y eso de la “suerte de principiantes” aplica sólo en los juegos de azar). Hay que seguir intentando y ejercitar la tolerancia al fracaso. Si nos frustramos, tener paciencia, tomar coraje, superarlo y volverlo a intentar! Que el único fracaso real, es no haberlo intentado.
¡Perseverar!
Para esto me sirve mucho pensar en un bebé aprendiendo a caminar. ¿Compartiste esta experiencia con un bebe cercano? Se cae, pero sigue intentando, las veces que sea necesario, diez, cien, mil ¡hasta que lo logra!
Por suerte los bebés no se rinden tan fácilmente y todos de adultos sabemos caminar en dos piernas, ¿Te imaginas qué sería de nosotros si nos frustramos a los primeros intentos fallidos y dejamos de probar?
Pero así como puede fallar ¡También puede salir bien! ¡Vamos! ¡Festejá! ¡Premiate por los pequeños logros con algo que te haga bien! ¿Ves cómo se redujo tu bolsa de basura haciendo compost y te da satisfacción? ¿Llegaste bien al trabajo en bici por primera vez? ¡Festejá!
Estos refuerzos son muy importantes para mantener la motivación, ganar confianza y sentirte cada vez más seguro. Pero tampoco te relajes, que hacerlo bien un par de veces no es el final ¡Todavía falta mantener el hábito! (algo que para algunos es incluso más difícil que empezar a hacerlo).
El desafío de la etapa 5 es precisamente mantener y consolidar el hábito y una vez que estamos en este escalón, puede (aunque ojalá que no) que caigamos en la etapa 6, la recaída, cuando abandonamos el proceso antes de consolidarlo.
Podemos profundizar estos pasos en otro post, pero ahora me parece más importante avanzar en las primeras etapas con ese cambio que estás evaluando!
¿Tenés en mente un hábito que queres cambiar? ¿Cuál es? ¿Identificaste en qué etapa estás: quizás recién cuestionando “la normalidad”? o evaluando pros y contras? Quizás ya decidiste que queres hacerlo pero hay excusas… Superaste las excusas pero todavía no tenes un plan?
Si necesitabas un empujón para pasar a la siguiente etapa, acá te digo ¡Es ahora! ¡Animate!
3 Replies to “4 pasos para cambiar un hábito y animarte a hacerlo ahora!”